Los valores han sido sepultados bajo el escombro de lo que
algún día los antiguos pensadores llegaron a imaginar en una sociedad futura,
pero contrariamente a esto surge la necesidad del hombre por deshumanizarse.
Una contracultura genéticamente trasmitida a cada nuevo espécimen procreado.
A pesar de que es
claro de que nunca llegará a existir un hombre perfecto sobre la faz de la
Tierra debido a nuestra naturaleza instintiva, que impide a nuestro raciocinio
actuar civilizadamente, en lugar de dejarnos llevar por el comportamiento de
supervivencia animal grabado en los genes; creo firmemente que si es posible
mejor día con día condicionándonos continuamente, es por eso indispensable
cultivar el espíritu mediante la honestidad.
de: Pedro Becerra
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